Reflexión sobre el concepto "Justicia".
- BACA & ASOCIADOS S.C.
- 4 nov 2015
- 4 Min. de lectura
¿QUE ES LA JUSTICIA?
¿Acaso se puede asir su significado; se puede evocar su contenido esencial en un concepto? Si se contesta de forma negativa sólo quedan dos posibilidades sobre dicho objeto de estudio: o no existe o es relativo a cada persona. En aquél sólo cabe sostener una imposibilidad de significación objetiva, aceptar un escepticismo. En el segundo caso, se asume una existencia mínima del objeto pues ya el sostener que la justicia es lo que cada individuo cree por justo, se asume la afirmación que al menos existe en ese carácter.
Pues bien, esa forma mínima que posibilita saber algo sobre el tema de la justicia me parece que conlleva al menos conocer dos cosas sobre su carácter relativo: ¿Que significa que la justicia sea subjetiva? ¿Existe una justicia individual?. si la justicia es, en realidad relativa, debe poder justificar que en cada persona habita o al menos, puede existir, una idea propia y diferenciada de justicia: tantas justicias como individuos, pero lo más importante: debe poder demostrar que la justicia puede ser creada por y para el individuo. Así, el intentar construir una justicia que se diga relativa, fuera o en medio de estas pautas lógicas, dirige, por más esfuerzos epistemológicos que se hagan, a una contradicción.
Desarrollemos un ejemplo para clarificar esta situación:
Un individuo, nombrémoslo Prometeo, resulta por alguna casualidad, el único sobreviviente y naufrago de alguna embarcación. Llega siendo un joven a una isla desierta con los suficientes recursos naturales para poder asegurar su supervivencia. Lleva más de 20 años viviendo sólo y alguna noche sentado a las afueras de su choza, pregunta para sus adentros si ha vivido una vida justa.
La duda le conmueve hasta sus más remotos recuerdos: encuentra que en su infancia, siempre rodeado de otros, le enseñaron a ser respetuoso con los demás y virtuoso consigo mismo, hasta su adolescencia encontró eso justo; a partir de ahí observó que lo justo era difícil de encontrar: ni la política, economía, religión, leyes, etc, ofrecían una idea general y aceptada como verdadera de que algo fuera justo. Además, ya fuera en la opinión de un mendigo o de algún filósofo, siempre permanecía el desacuerdo.
Prometeo silenció por un momento sus pensamientos y siguió: o la justicia es algo que sólo existe en el individuo o es algo que no existe. Si no existe, la pregunta inicial es absurda y es mejor callar; la otra opción le pareció interesante, ¿qué es lo justo para mi?, se dio cuenta que estaba sobre la misma situación que en un inicio pero ahora con una nueva actitud sobre el problema: la respuesta estaba en él, no sólo como individuo, sino como persona que ya no estaba sujeta a todas esas ficciones sociales que sólo complicaban saber que es la justicia y lo justo para uno mismo. Al final de cuentas, él era el que necesitaba una respuesta y sólo a él debía importarle.
Prometeo pensó en lo que había sido y hecho en esa isla por más de veinte años, resolvió que todas las acciones que había hecho para asegurar su supervivencia habían sido justas, por ser necesarias. ¿Qué caso tendría decir que no era justo matar un animal si eso implicaba la muerte del único que puede formular tal juicio?. A Prometeo le parecía evidente que la cuestión de su supervivencia debía ser primera y necesaria. Sin embargo, se cuestionó: ¿fui justo en aquellos días donde maté más animales de los que pude comer y terminaron desperdiciándose? ¿Fui justo cuándo corte más frutas de las que podía comer y leña de la que podía quemar?. Concluyó satisfactoriamente que vivir de acuerdo con uno mismo es vivir de acuerdo con la naturaleza y viceversa, tomar de ella sólo lo que es necesario eso es lo justo por ser lo único necesario para el individuo, habiendo encontrado ésta respuesta a tal complicación.
En un análisis ideal del problema, "Prometeo" demuestra que es posible construir una justicia del individuo para el individuo: la única justicia relativa existe como un ejercicio ético de supervivencia, una justicia natural y auto referente del individuo y esto, irónicamente, resulta aplicable a todos, constituye la primera base objetiva a todo ser humano, por definición.
A manera de conclusión, alguna hipótesis: sí se postula que la justicia para un grupo, colectividad y/o comunidad es o puede ser relativa se incurre en un contrasentido. La posibilidad de que dos o más personas coincidan en su idea sobre qué es lo justo sólo representa un consenso, un acuerdo entre voluntades, pero jamás, una justificación o demostración que existe una justicia relativa. Ésta justificación sólo se sostiene en un plano estrictamente individual, ético y natural; estos rasgos son los pilares que permiten una teoría objetiva de la justicia, que a la fecha no ha terminado de ser concebida.
Y es que para que exista una justicia para dos o más individuos, léase social, resulta necesario el plano objetivo de su entendimiento: o ambos podemos ver lo que es justo y de ahí para toda cuestión, o lo justo es callar y alejarse de algo sobre lo que no se puede decir y hacer nada más.
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